martes, mayo 25, 2010

Parece que tengo tremendas dificultades con mi forma de vida

Towel Day

Desde luego, es bien sabido que unas palabras dichas a la ligera pueden costar más de una vida, pero no siempre se aprecia el problema en toda su envergadura.
Por ejemplo, en el mismo momento en que Arthur dijo «Parece que tengo tremendas dificultades con mi forma de vida», un extraño agujero se abrió en el tejido del continuo espaciotiempo y llevó sus palabras a un pasado muy remoto, por las extensiones casi infinitas del espacio, hasta una Galaxia lejana donde seres extraños y guerreros estaban al borde de una formidable batalla interestelar.
Los dos dirigentes rivales se reunían por última vez.
Un silencio temeroso cayó sobre la mesa de conferencias cuando el jefe de los vl'hurgos, resplandeciente con sus enjoyados pantalones cortos de batalla, de color negro, miró fijamente al dirigente g'gugvuntt, sentado en cuclillas frente a él entre una nube de fragantes vapores verdes, y, con un millón de bruñidos cruceros estelares, provistos de armas horribles y dispuestos a desencadenar la muerte eléctrica a su sola voz de mando, exigió a la vil criatura que retirara lo que había dicho de su madre.
La criatura se removió entre sus vapores tórridos y malsanos, y en aquel preciso momento las palabras Parece que tengo tremendas dificultades con mi forma de vida flotaron por la mesa de conferencias.
Lamentablemente, en la lengua vl'hurga aquél era el insulto más terrible que pudiera imaginarse, y no quedó otro remedio que librar una guerra horrible durante siglos.
Al cabo de unos miles de años, después de que su Galaxia quedara diezmada, se comprendió que todo el asunto había sido un lamentable error, y las dos flotas contendientes arreglaron las pocas diferencias que aún tenían con el fin de lanzar un ataque conjunto contra nuestra propia Galaxia, a la que ahora se consideraba sin sombra de duda como el origen del comentario ofensivo.
Durante miles de años más, las poderosas naves surcaron la vacía desolación del espacio y, finalmente, se lanzaron contra el primer planeta con el que se cruzaron -dió la casualidad de que era la Tierra-, donde debido a un tremendo error de bulto, toda la flota de guerra fue accidentalmente tragada por un perro pequeño.
Aquellos que estudian la compleja interrelación de causa y efecto en la historia del Universo, dicen que esa clase de cosas ocurren a todas horas, pero que somos incapaces de prevenirlas.
-Cosas de la vida- dicen.


Guía del autoestopista galáctico, capítulo 31.

Towel Day

Las imágenes que ilustran esta entrada son obra de Joyce Ballantyne, la dibujante responsable de la niña de Coppertone, y que falleció hace ahora cuatro años, en mayo de 2006, justo cuando los blogs que forman parte de Bizácoras celebraron el día de la Toalla de forma conjunta por primera vez.

¡Feliz día de la toalla a todos! ¡Que no cunda el pánico!

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